Friday, January 20, 2012

Di no a los alimentos que causan reflujo gastroesofágico


Di no a los alimentos que causan reflujo gastroesofágico
Limitar el consumo de chocolates, quesos muy fermentados, refrescos, bebidas con cafeína y alcohol, reduce las posibilidades de padecer el molesto reflujo gastroesofágico
 La porción del tubo digestivo que comunica la garganta (faringe) con el estómago, es el esófago; ligeramente por encima de la unión de ambos existe una banda muscular llamada esfínter esofágico inferior. Si el esófago está en reposo, dicho músculo con forma de anillo se contrae para impedir que los alimentos y el ácido gástrico regresen hacia la boca. Sin embargo, cuando el esfínter no se cierra adecuadamente, se presenta reflujo gastroesofágico, cuyo síntoma más evidente es la sensación de quemazón o dolor que aparece en el pecho, y puede extenderse hacia el cuello o la garganta, además de provocar inflamación y diversas lesiones más.
Cualquier persona, incluso bebés o niños, puede padecer este tipo de reflujo ocasionalmente; no obstante, cuando los episodios aparecen más de dos veces a la semana, es posible que tenga la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), misma que de no tratarse adecuadamente, suele conducir a problemas de salud más serios.
Para muchas personas, afortunadamente, los síntomas mejoran cuando ponen en práctica diversas medidas, sobre todo, relacionadas con su dieta habitual y la forma en que la consumen.

Enemigos en la mesa
Cuidar la alimentación es muy importante para tener buena salud y, en el caso de ERGE, esta práctica adquiere mayor relevancia, ya que si la persona digiere bien la comida, se reducen las probabilidades de sufrir molestias derivadas de esta afección.
Particularmente, existen productos que favorecen el reflujo porque afectan (debilitan) el funcionamiento del esfínter o bien, debido a que estimulan fuertemente la producción de ácido clorhídrico del estómago (indispensable para que se lleve a cabo la fragmentación química del alimento, así como su digestión).
A pesar de que generalmente constituyen deliciosos manjares, muchos pueden convertirse en enemigos de la salud digestiva:
  • Bebidas alcohólicas. El alcohol reduce la presión en el esfínter esofágico inferior, permitiendo que se relaje y abra, lo cual ocasiona reflujo. Además, aunque no aumentan la acidez gástrica, destruyen la barrera que protege al estómago, generando efectos similares. Más aún, cuando las bebidas alcohólicas son consumidas en ayunas, los riesgos de reflujo se incrementan.
  • Refrescos de cola. Son muy ácidos y contienen agua carbonatada que dilata al estómago (esto aumenta la presión sobre este órgano), lo que favorece el reflujo gástrico y la sensación de distensión abdominal.
  • Lácteos. Los derivados de leche entera suelen ser de difícil digestión, así como los quesos fuertes o muy fermentados, por ejemplo, el Roquefort. 
  • Café, té y bebidas energéticas. Al poseer cafeína destruyen la barrera gástrica, de modo que rompen el equilibrio que ésta guarda con la generación de jugos digestivos. En consecuencia, la acidez afecta al estómago aunque se encuentre en niveles normales. Asimismo, favorecen el relajamiento del esfínter esofágico.
  • Chocolate. Al tratarse de un alimento graso, su digestión requiere mucha generación de ácidos estomacales, sin olvidar que al contener cafeína, destruye la barrera gástrica.
  • Ajo y cebolla. Aumentan la sensación de quemazón en el estómago. 
  • Jitomate. Aunque es indispensable en la elaboración de algunas salsas, purés y jugos, posee elevado nivel de acidez.
  • Alimentos fritos. Por su método de elaboración, contienen mayor cantidad de grasa que otros platillos y, por tanto, el estómago debe aumentar la secreción de ácidos gástricos para lograr su fragmentación química.
Vale la pena señalar que aquellas medidas que reduzcan la presión intra-abdominal, como bajar de peso, no usar ropa ajustada a la cintura ni practicar ejercicio abdominal intenso, pueden mejorar efectivamente los síntomas de ERGE. Paralelamente, es recomendable realizar comidas en porciones pequeñas, lo que reduce la tensión en el esfínter esofágico interior, ayudando a evitar que el ácido regrese al esófago. Masticar lentamente y no acostarse inmediatamente después de comer, también son hábitos favorables.
Otro consejo es relajarse después de ingerir los alimentos, ya que cuando una persona se encuentra bajo estrés, la digestión suele hacerse más lenta.
Recuerda que este problema de salud radica en fallas del esfínter estomacal, por lo que su tratamiento médico no se reduce a los cambios alimenticios que aquí sugerimos.